Desarrollar habilidades en la formación

¿Desarrollar habilidades a través de la formación digital?

Leía estos días en la prensa las opiniones de dos reconocidos expertos españoles, ambos residentes en el extranjero, en las que, desde puntos de vista diferentes, plantean opiniones complementarias, sobre el presente y el futuro de la educación.

Resumo a continuación algunas de las ideas de estos dos señores sobre formación universitaria, con las que estoy en un todo de acuerdo, porque considero que en gran medida valen también para la formación del personal de una empresa, que es de lo que se ocupa este blog.

Educación en España: dónde estamos, hacia dónde ir

Luis Garicanocatedrático de Economía y Estrategia de la London School of Economics, plantea en un libro que acaba de publicar los desafíos a que se enfrenta España, y especialmente su sistema educativo.

Las siguientes son algunas de estas ideas publicadas en El País:  

Dónde estamos

  • La universidad española asociaba su misión a la simple transmisión de conocimientos al estudiante. Un modelo educativo donde se requiere que la gente memorice y obedezca; que enfatiza en la memoria, en la repetición de tareas, en la actitud pasiva del estudiante y en la “dificultad” como un objetivo en sí mismo

curso formacion de formadoresEl desafío

  • Hoy el desafío está en el desarrollo de habilidades analíticas, del pensamiento abstracto y de la creatividad.
  • Saber analizar la información, poder interpretar datos, ser capaz de argumentar, conocer idiomas y ser creativo en la solución de problemas… esas son las habilidades necesarias para competir en una economía globalizada. Más que el currículum o el expediente académico en sí. 
  • Otra de las habilidades básicas que reclaman los empleadores y que no parece tan común en los universitarios es la capacidad de exponer bien una idea
  • «Mala formación» es darle al estudiante unos párrafos para memorizar y que él los reproduzca en el examen.
  • “Buena formación» es conseguir que sea capaz de investigar por sí mismo un problema, razonar una conclusión y saber exponer una postura. Lo primero es el barniz de cultura que en España pasa por erudición; conocer todas las anécdotas posibles de memoria. Lo segundo es aprender a pensar. 
  • Cuando uno mira lo que estudian los niños españoles, ve grandes listas de ríos y, año tras año, la misma historia de los fenicios que ya memorizaron en el curso anterior. Cuando se comparan estos materiales con los que se cubren en nuestros vecinos del norte de Europa, mucho más centrados en el desarrollo de habilidades analíticas, la sorpresa es significativa. 
  • Los chicos salen del colegio, con 16 o con 18 años, sin haber adquirido los tres fundamentos claves necesarios para salir adelante en la economía de conocimiento: un nivel avanzado de confianza en el uso de las matemáticas y la estadística; una capacidad elevada para escribir un argumento, no solo correcto gramaticalmente, sino razonado con claridad y convicción; y un nivel avanzado de inglés. 

La última de las grandes disrupciones

Israel Ruiz es vicepresidente ejecutivo del MIT, impulsor de edX, plataforma online que promueve en Internet cursos gratuitos de nivel universitario. En entrevista publicada en el suplemento dominical de El País en enero de 2014 analiza cómo la revolución informática afectará la formación universitaria y cuáles son los necesarios cambios que deben adoptarse, si se quiere sobrevivir. 

Las siguientes son algunas de sus afirmaciones en dicha entrevista: 

  • La educación digital se presenta como la última de las grandes disrupciones. (Quienes, como yo, no tengan claro el significado de esta palabreja pueden aclararlo en la Red)
  • La tecnología cambió la música, la fotografía, la edición de libros… y ahora le llega el turno a la educación.
  • Donde algunos ven riesgos, otros vemos oportunidades.

Soñando igual no llegas a donde quieres, pero seguro que te lleva a un sitio mejor. Israel Ruiz

  • curso liderazgo híbridoHay muchas universidades en los USA, unas 4000, cuyo modelo de negocio es más que probable que esté roto con la aparición de la educación digital.
  • ¿Cuál es el valor añadido de explicar simultáneamente las leyes de Newton en la Politécnica de Madrid, de Valencia, de Barcelona, de Milán, etc., cuando hay un profesor muy bueno, quizás en otra universidad, que las explica mejor? ¿Por qué no decirles a los estudiantes que se miren su lección en Internet y que en clase hagamos el experimento entre varios de cómo cae la manzana?
  • Me parece lamentable que hoy en día muchos de los ingenieros que salen de España no hayan hecho un solo trabajo de equipo en cuatro años. Les han dado contenido, y a ese nivel son muy buenos, pero nada en la parte experimental.
  • Tengo muy claro que hay una parte presencial, de tú a tú, en la que los medios digitales no estarán al nivel adecuado en muchos años.
  • El factor de creación y de ideas ocurre en el mundo real. Pasa mucho menos cuando hay un profesor simplemente diciendo cosas.

¿Qué relación tiene todo esto con la formación en empresas?

El objetivo de un formador es transmitir conocimientos, inducir actitudes y desarrollar habilidades.

Pero, como dice Garicano, el verdadero desafío no está tanto en los conocimientos, como en las habilidades: saber analizar, sintetizar, elaborar un argumento, exponerlo, convencer, trabajar en equipo… Ahí está la buena formación.  

¿Todo ello se podrá realizar con la última disrupción, la formación digital?

Quizás en el futuro, afirma Ruiz. Ahora lo que sí se puede hacer por Internet, con grandes ventajas, es la trasmisión de conocimientos. Pero la educación digital /el e-learning / los MOOC poco aportan si lo que se busca es el desarrollo de habilidades.

Conclusión

Los formadores presenciales que se limiten a transmitir conocimientos parece que serán sustituidos, como la fotografía analógica o las cabinas telefónicas, por medios más eficientes contando cómo es un producto, qué procedimiento seguir en tal situación o qué creía Herzberg sobre cómo se motivan los ingenieros húngaros.

Pero en lo que hace a desarrollar habilidades, actitudes, hábitos, formas de pensar; a impulsar el cambio en cómo se ven las cosas, se intercambian las ideas o se gestiona una dificultad… ahí creo que seguiremos siendo necesarios los buenos formadores presenciales. Bueno, quizás es solo una manifestación de deseo. 🙂